Pacto ficcional

Pacto ficcional. Así llama Coleridge a esa cierta colaboración que se da entre el autor y el lector en relación con un texto ficcional. El lector sabe por alguna razón que lo que se está contando es una historia imaginaria, y, como no se puede decir todo, nombrar todo, el lector colabora otorgando significados.  A investigar esto se ha dedicado Umberto Eco (1996) en su obra Seis Paseos por los Bosques Narrativos editado por Lumen.
 Yo, en conocimiento de esta teoría, quise simplificar mi experiencia de ese pacto en dos párrafos, usando en el primero alguna característica de  la lengua informativa y en el segundo,  las de la  lengua expresiva.



                                                              ACEPTO EL PACTO
     A fin de acotar el concepto de Literatura, algunos especialistas destacan un rasgo distintivo como lo es la relación que se da entre el lector, el texto y el autor. Afirman que los lectores establecen, en algún momento de la lectura,que están frente a un texto de tipo literario. Desde ese momento se suman e ese consenso, a ese pacto ficcional que se viene dando históricamente  y por generaciones . El signo que se reconoce como literario puede ser un elemento paratextual, sea el título o el uso particular del espacio en el orden de las palabras. Otras veces suele ser la selección léxica o el tema que se aborda. Incluso, podría ser un indicador el modo en que una historia comience a contarse por el final. Alguno de estos signos puede justificar ese pacto por el que el lector empieza a disfrutar de la literatura. 
     ¿Será por eso que me gustan los versos de una copla de pie quebrado? ¡Cómo no aceptar el lugar que ocupa cada palabra en el espantapájaros de Girondo! ¡Me encanta el modo en que Estanislao del Campo presenta a Laguna y dice en un overo rosao, flete nuevo y parejito, caiba al bajo al trotecito y lindamente sentao...¡Qué exacto el análisis del detective imaginario que resuelve el enigma de un caso policial! ¡Gracias Watson por contarme tu amistad con Sherlock Holmes! ¿Y qué decir de ese tierno fantasma de Canterville? ¿Qué delirio pasarse cuatrocientos años sin dormir solo por cumplir con su deber de fantasma, haciendo ruidos por acá, asustando por allá! Sí. Acepto el pacto y tampoco pido explicaciones a ese poeta que dice "Poesía eres tú". 


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